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jueves, 18 de septiembre de 2014

Siempre nos quedará el verano


Vale, por fin hemos llegado al tercer y último libro de la trilogía de Jenny Han! La idea era leerme los tres libros antes de que terminara el verano, por, obviamente su temática (si no os habéis fijado, todos los libros tienen lugar en verano), pero no ha podido ser por razones de tiempo material, pero al fin lo he terminado, exactamente ayer por la noche, y no podía esperar más para comentar todos mis pensamientos, porque esta es la clausura, este es el final del verano. Oh, que bien hilado.
Bueno, básicamente terminamos el segundo libro en una posición bastante incierta para los tres personajes. Belly dice definitivamente adiós a Conrad, pero tampoco empieza nada con Jeremiah. Al principio de este libro nos encontramos con una Belly estudiando para los exámenes finales de su primer año de unversidad, y descubrimos que está con...Jeremiah, por casi dos años. Y no la encontramos intentando olvidar a Conrad, como en el final del segundo libro, sino que verdaderamente está enamorada del hermano "bueno". Una serie de cosas irán pasando en su relación, así como encuentros esporádicos con su primer amor (Conrad, por si no ha quedado claro), que le harán darse cuenta de sus verdaderos sentimientos hacia los dos hermanos.
No puedo revelar más cosas sin hacer spoilers de cómo acaba el libro realmente, así que voy a comentar un poco los aspectos generales y mi opinión también general sobre el libro antes de comentar otras cosas más específicas. Para empezar, este ha sido el mejor libro de los tres. No sólo por la historia, sino por todas las difíciles situaciones que los personajes tienen que pasar y por cómo son tratadas en el libro. Además he de resaltar la evolución a lo largo de los tres libros de los 3 personajes principales. Es lo bueno de hacer 3 libros, cortos, porque no se requieren más. Se podría haber compilado las 3 historias en un sólo tomo, pero hubiera sido demasiado para leer de una sentada, por eso me alegro de que hayan sido tres libros diferentes. La que más cambiada está en este último capítulo es la narradora principal Belly. Al principio del primer libro, la chica sólo se quejaba de la marginación sufrida de pequeña por los chicos, y se pasaba medio libro suspirando por Conrad. En el segundo libro, la vemos más madura, dándose cuenta y aceptando que Conrad no es la persona que le va a dar la felicidad y dejándolo atrás como un recuerdo. Y en este libro la encontramos aún más madura, manejando situaciones que a los 18 años son complicadas para todo el mundo. Tal vez todos sus actos no fueran demasiado inteligentes, pero en eso se basa la vida, en equivocarse.
También quería hablar del triángulo amoroso, DUH, que es el tema principal en sí de los libros. Vosotros sabéis que siempre he sido team Jeremiah, siempre. Conrad se nos presentó como el típico tío bueno pasota, por el que sólo puedes hacer que suspirar y te trata como él quiere. Y luego teníamos al bueno y gracioso de Jeremiah, el perfecto Jeremiah. Así que, sí, me gustan los chicos buenos. Pero en este libro no podía de dejar de pensar en Belly y Conrad. Sabía que tenían que estar juntos, era el destino. Así que todo el libro estuve esperando que se reconciliaran. Si lo hacen o no...tendrás que leer el libro :)
Te recomiendo encarecidamente, que si no has leído el tercer libro y de verdad quieres mantener la intriga hasta el final, dejes de leer ahora mismo, porque voy a hablar de absolutamente TODO. Si lo has leído y quieres saber lo que pienso...puedes quedarte.

Bien, como ya he dicho empezamos el libro con Belly estudiando para los exámenes finales de la universidad y me sorprendió, porque eso es bastante tiempo después de que acabara el primer libro. Durante los primeros capítulos nos da pistas del chico con el que está saliendo, y yo rezaba para que fuera Jeremiah. Y así es. Fue como SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, TOOOOMA. Y de verdad me gustó mucho leer, que ella de verdad lo amaba, que no era el típico: "un clavo saca a otro clavo", como pasa en muchos libros (ejem, Bella y Jacob), sino que estaba enamorada de él, de su amigo de toda la vida. Me encantaba su relación, cómo él estaba pendiente de ella, la escena en la que coge a los hombros porque ella lleva tacones y no puede andar, etc. Pero sabía que era cuestión de tiempo que todo se torciera, porque sigo creyendo que la intención de la autora desde el primer libro era que se quedara con Conrad, así que sólo hacía que esperar. Y no tardó mucho en pasar, demasiado poco duró la felicidad.
Nos enteramos de que el no tan bueno de Jeremiah engañó a Belly cuando estos rompieron una semana y él se fue de vacaciones con su fraternidad. Y fue como...¿qué? Sinceramente no me cuadraba que Jeremiah hubiera hecho algo así, no iba con su personaje. Jeremiah nunca había sido del tipo picaflor, y él siempre había estado enamorado de Belly. Así que lo vi como una pobre treta para que los lectores enamorados de Jeremiah se cambiaran de bando y vieran a Conrad como la nueva opción. Y es aquí donde entra el tema de la puesta de cuernos, el perdón, etc. Sinceramente, entiendo por qué Belly lo perdona, pero no sé si en su situación todas las chicas hubiéramos hecho lo mismo. Porque no fue sólo un beso, sino que se acostó con otra chic Yo nunca, nunca perdonaría una infidelidad.
Pero en este punto del libro me empecé a preguntar otra cosa y era ¿no está haciendo Belly lo mismo? Es decir, sí, ella no le pone los cuernos, no físicamente, pero aún sigue esperando a Conrad, a estas alturas del libro. Básicamente son cuernos psicológicos, y son peores, porque eso quiere decir que deseas que pase. Bien, Jeremiah se los puso y bien puestos, pero fue sexo sin amor. Ella aún siente por alguien, y no cualquiera, sino por su hermano. Ahí empecé a odiar un poco a Belly, porque no estaba bien lo que estaba haciendo por mi Jeremiah.
Luego pasamos a cuando se perdonan. Oh, ese escena, en la que él le pide matrimonio. Y me quedé como, sí, sí, dile que sí, dile que sí. Y se comprometen. Ni siquiera pensé que ella tiene 18 y él 19, un asunto que se toca a lo largo de lo que queda del libro. Me encantó la parte en la que ella está repasando la cara de Jeremiah y cuenta todas las pequeñas cicatrices y marcas que tiene y piensa: "No quiero ver una marca nueva en su rostro y no saber cómo o cuando se la hizo". Eso define muy bien el amor, conocer del todo a la otra persona.
Entonces se prometen, son felices durante un tiempo hasta que deciden contárselo a sus respectivos padres. La verdad es que aunque era un tema complicado, las situaciones que se dan eran bastante cómicas, como cuando Jeremiah quería impresionar al padre de Belly durante la mudanza y cargaba todas las cajas pesadas antes de que se lo dijeran. Y luego cuando deciden contárselo en el memorial de Susannah y de repente todo el mundo se queda callado y sale el camarero: "Les atiendo ya?". La reacción de los padres es totalmente entendible, es decir, Belly tiene 18 años, es más pequeña que yo, ni siquiera ha acabado la universidad, no sabe lo que quiere. Pero por otra parte, la reacción de su madre, Laurel, me pareció exagerada. Ella ha vivido con su hija todos los veranos en Cousins, sabe sus sentimientos por los dos hermanos. No se por qué pero me daba la sensación de que su madre hubiera preferido a Conrad. La situación entre Laural y Belly se vuelve bastante turbia, y su madre decide no ir a su boda. Este fue otro de los temas peliagudos. Muchas familias se rompen por estas cosas, y ellas discuten muy fuerte. Ves cómo Belly intenta luchar por lo que ella cree que quiere y es correcto, pero a su vez, desea que su madre esté con ella en el proceso, lo cual es perfectamente entendible.
Vale, vamos al meollo de la historia. Conrad. En este libro, POR FIN, tenemos capítulos con su perspectiva. En el segundo libro fue Jeremiah y en este Conrad, lo que eeme hizo saltar de la alegría, porque de verdad quería alguna explicación de por qué fue en la época en la que estuvo con Belly. Mi corazón quería perdonarlo. Y lo hice. Tenemos todos estos flashbacks de su época en la universidad y cómo dice que de la única chica que se ha enamorado ha sido de Belly, de la promesa que le hizo a su madre de cuidar a Jeremiah y de su explicación de por qué no podía amarla en el momento en que su madre murió. Y cuando supimos todo esto es cuando de verdad empecé a esperar con todo mi corazón que se quedara  con Conrad, pero no sabía qué situación se podría dar para que estuviera yo satisfecha  con el final.
Oh, la escena en la que él piensa: "Se va  a casar con mi chica y no puedo hacer nada para evitarlo" y le dice a Belly que aún la ama fue tan...ah.. Ole por Belly porque resistió como una campeona, yo no me hubiera cortado en tirarme a sus brazos.
Al final del libro, ya no me quedaban uñas. Sabía, esperaba que se iba a quedar con Conrad, pero el momento no llegaba y hubo un instante en que pensé que o se quedaba con Jeremiah, o no se quedaba con nadie. Pero no, el libro acaba como esperaba. Me gusta mucho la idea, esa parte como de epílogo en la que dice que Belly acabó la universidad, tuvo más amores y al final fue Conrad quien hace el camino hasta llegar a ella. Vemos un resquicio de Jeremiah con una chica y eso nos hace entender que todo está bien, y Belly acaba con su primer amor.
Hay algunos aspectos más que quisiera comentar que se salen del triángulo amoroso. Primero es que sigo sin entender la relación entre Taylor  y Belly. Ella es muy molesta, no la tendría nunca por amiga, aunque cuando pasa todo el asunto de Jeremiah en realidad muestra que puede ser algo más que una boca parlante sobre chicos y vestidos. Y luego también la especie de memorial que le hacen a Susannah. Me gusta que aunque su muerte se produjera al principio del segundo libro, aún se siga hablando de ella y de lo importante que fue en las vidas de todos.

Algo bueno: la intriga que se mantiene sobre el triángulo amoroso.
Algo malo: desde el primer libro puedes intuir quién es elegido.

TRAMA: 95
PERSONAJES: 85
ESTILO DE ESCRITURA: 80
PREVISIBILIDAD: 90

NOTA DE SIEMPRE NOS QUEDARÁ EL VERANO: 87.5


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